Captura del sitio dedicado a los bancos de tiempo bdtonline.

 

En muy breve tiempo estamos viviendo el surgimiento de formas distintas de economía como resultado de la combinación de un distanciamiento del ciudadano con aquello que viene del estado o de las grandes compañías (que se van percibiendo como lo mismo), una creciente necesidad de participación y la irrupción de nuevas tecnologías en forma de redes sociales o plataformas entre pares (peer to peer).

Todo ello está resultando en una actividad generada por personas que buscan involucrarse a través de internet en proyectos que encuentran más próximos, más fiables y cuyas denominaciones tenemos que ir traduciendo de los neologismos ingleses crowdfunding, crowdsourcing, sharing economy

Quisiera con este artículo echar un vistazo al panorama y, haciendo una síntesis atrevida, se puede decir que los modelos hasta el momento conocidos de esta nueva economía son:

1. El de plataformas que nos dan la oportunidad de obtener un beneficio por algo que poseemos (casa, coche…), como es el caso de las tan populares Uber y Airbnb, famosas no solo por su éxito fulgurante sino por los conflictos que han creado, al verse enfrentadas, respectivamente, al gremio de taxistas y al de hoteleros.

2. Aquellas que nos permiten obtener un beneficio por nuestro trabajo, poniéndonos en contacto con demandas concretas: tareas de hogar y oficina, Etece; diseñadores, escritores, programadores, Elance, Fiverr, Frelancer

Captura de la página principal del sitio Etece.

En este tipo yo incluiría el caso particular de los bancos de tiempo, donde se produce un intercambio de tareas sin retribución económica; se cambian, por ejemplo, unas horas de arquitecto, por unas horas de masajista: Bdtonline.

Captura de la página principal del sitio Bdtonline.

3. Aquellas dirigidas a la compra de productos o servicios, plataformas de crowdfunding o financiación colectiva, que a su vez podríamos dividir en:

Generalistas, con proyectos de toda índole y tamaño, como las internacionales Kickstarter e Indiegogo, o las españolas Projeggt y Lánzanos (un índice de las españolas se puede consultar en la página de Crowdacy).

Específicas, todas aquellas dirigidas a un sector, producto, comunidad, etc. y que, por citar algunos ejemplos, serían las dedicadas a proyectos más creativos como Patreon, Subbable, Ulule y Verkami; al mundo editorial, Pubslush; a los proyectos científicos, Precipita; a los proyectos sociales, Goteo; a las energías renovables, Ecooo; a los préstamos de dinero, Bondora

Captura de la página principal del sitio Precipita.

4. Y por último estarían todas aquellas iniciativas dirigidas a satisfacer el deseo, la necesidad, el ánimo de contribuir o participar, sin otra intención que ésa misma; se podría decir que tienen un carácter más social o comunitario: regalar antes que tirar, Nolotiro; compartir habilidades o conocimientos, Konnektid; regalar las sobras de la comida a quien las necesita, Leftoverswap

Captura de la página principal del sitio Leftoverswap.

En el ámbito de los servicios de arquitectura, la ciudad y el negocio inmobiliario nos encontramos con portales que conectan profesionales con clientes, donde los particulares pueden someter su proyecto a un concurso internacional: como Archability y Arcbazar para la arquitectura o Clickarq y Cocontest para el interiorismo.

Con ciudadanos que se organizan para satisfacer necesidades que el mercado no les resuelve, como este grupo de jubilados que realizó todo el proceso para llegar a construir la comunidad que deseaban: Trabensol.

Con el crowdfunding inmobiliario, del que ya conté en otro artículo: básicamente la apertura del negocio inmobiliario a pequeños inversionistas.

Aunque no sea economía colaborativa pero me parece interesante en este contexto: la aparición de empresas que ofrecen proyectos arquitectónicos acabados, como ésta norteamericana con un catálogo de casi 40.000 casas.

Captura de la página principal del sitio Houseplans.

Y un modelo muy interesante de una compañía australiana que ofrece el proceso completo para la consecución de cualquier proyecto urbano: escoges un “nicho” (o lo propones), participas con ideas, escoges un proyecto, asistes al taller específico, comprometes tu inversión y controlas la ejecución: Citiniche.

Captura de la página principal del sitio Citiniche.