La construcción con paja ha sido utilizada por muchas culturas desde la prehistoria; en Europa hay casas construidas con este material que están en uso después de 500 años y en algunas partes del mundo todavía es una tradición de la arquitectura vernácula.
La construcción con fardos o pacas de paja es bastante más reciente y tiene su origen en la invención de la máquina embaladadora; un artilugio que se popularizó a finales del siglo XIX y permitió que los pioneros de Nebraska levantaran casas donde no había con qué.

Casa de fardos de paja construida en 1921, en Montargis, Francia.

En Europa se utilizó este sistema de fardos en el periodo entre guerras pero se abandonó durante años hasta que fue “rescatado” mundialmente en los 70, como parte de los movimientos ligados a la reivindicación del retorno a lo “natural”.

Es hoy en día, ahora mismo, cuando este sistema de edificación está pasando a la siguiente fase de desarrollo, gracias a nuevas técnicas, los estudios de laboratorio y la normativización; abriendo un mercado inmobiliario con todas las de la ley.

La prueba la hemos tenido este mes en los medios de comunicación, con el anuncio de la primera promoción de viviendas de paja en la ciudad de Bristol.

Como parte del material de difusión del proyecto se ha realizado un vídeo donde se muestran los trabajos llevados a cabo por la Universidad de Bath, sometiendo a la paja a distintas pruebas, sobre todo de agua y fuego, con el fin de otorgar al sistema la certificación industrial necesaria.

La paja es barata, abundante, tan renovable como los mismos cereales, tiene excelentes cualidades aislantes y podría convertirse en un aliado para reducir la tremenda huella de carbono del sector de la construcción.

Nuestra Red de construcción con paja forma parte de una red europea de 9 países, que mantienen encuentros periódicos gracias al apoyo del programa Leonardo Da Vinci de acción en el ámbito de la formación permanente.