Microfinanciación colectiva inmobiliaria para todo el mundo.

 

Microfinanciación colectiva, crowdfunding, es como se está denominando a una nueva forma de organización mediante la cual un amplio número de personas aporta una pequeña cantidad de dinero para la consecución de un proyecto a través de una plataforma en internet.

Al igual que para la creación de un videojuego, el desarrollo de un producto, una investigación científica, la publicación de un libro o la edición de un disco, ya existen plataformas para aplicar esta herramienta al negocio inmobiliario.

Una de las empresas más famosas de este nuevo sector es Prodigy Network, con sede en New York y dirigida por el colombiano Rodrigo Niño, un pionero en el uso del crowdfunding para la promoción inmobiliaria, cuyo modelo está siendo estudiado en Harvard.

The House Crowd es la decana del Reino Unido.

Captura de una página del sitio, donde se puede apreciar su vocación popular.

Y puede que Fundrise la que naciera con una mayor vocación de barrio; la que han construido los hermanos Daniel y Benjamin Miller, hijos de un importante promotor de Washington, quienes habiéndose criado dentro del negocio se preguntaban por qué era imposible promover proyectos en los que participaran los vecinos.

Gráfico donde Fundrise explica cómo esta nueva forma de inversión elimina los intermediarios tradicionales.

El complemento ideal de estos negocios sería otra plataforma donde un promotor o empresario pudiera someter a estudio y opinión ciudadana el proyecto que está pensando desarrollar, de manera que se asegurara no estar saltando al vacío y los vecinos tuvieran la oportunidad de participar antes de que fuera irremediable: esto es lo que hace Popularise.

Algo tan modesto como preguntar qué actividades te gustaría que ofreciera un parque.

Con el uso de estas herramientas, el nuevo ciclo para el desarrollo local sería algo muy distinto de lo que hemos venido sufriendo durante años:

1.- Los promotores y los profesionales involucrados en el desarrollo urbano o inmobiliario, por ejemplo los arquitectos con un sincero interés por resultar de alguna utilidad a la comunidad, propondrían proyectos concretos.

2.- Estos proyectos serían sometidos al escrutinio y votación de los ciudadanos.

3.- Las propuestas seleccionadas se financiarían con las “pequeñas” inversiones de mucha gente.
Que yo sepa, no hay nada parecido funcionando en España.