Imagen del libro del arquitecto Matthias Hollwich recién publicado.

 

 

El arquitecto Matthias Hollwich considera que cumplir los 40 es un buen momento para empezar a pensar en cómo envejecer, puede que sea la edad que tenía en su cabeza el poeta cuando se dio cuenta de “que la vida iba en serio”, pero lo que está claro es que ni nuestras casas ni nuestras ciudades están preparadas para acoger ese proceso inevitable.

La previsión para España es que en el 2029 las personas mayores de 65 años representen el 24,9% de la población y en el 2064 un 38,7%; según Naciones Unidas, para el año 2050 España será el país más envejecido del mundo, con más de un 40% de la población superando los 60 años.

New aging (Un nuevo envejecer) es el libro que Hollwich acaba de publicar, donde enfrenta con propuestas esa paradoja de una sociedad que mientras se ve envejecer, no es capaz de prepararse para ello.

Se trata de una colección de sugerencias con las que iniciar una especie de entrenamiento para lo que ha de venir, un ejercitarse en seguir siendo lo mismo pero distinto, que pasa por una clave: permanecer integrado en la comunidad; para lo que el arquitecto considera necesario que cambiemos nuestro modelo de segregación.

Es necesario que nuestros edificios recuperen la inclusión y la diversidad, integrando los cuidados y necesidades de las personas mayores pero en un segundo plano, en lo que llama “stealthcare” (atención sigilosa), simplemente como si diseñáramos nuestras comunidades pensando en los casos más desfavorables.

Vídeo promocional del libro New aging de Matthias Hollwich.

 

Pero la construcción más importante en la que transcurren nuestras vidas es la ciudad, lo que nos requiere ampliar esta preocupación a una escala superior, no quedarnos en la adaptación del espacio doméstico.

También esta semana, el catedrático de urbanismo José Fariña dedica el artículo de su blog a “las ciudades para las personas mayores”, utilizando como guía de su docencia las ideas elaboradas en el contexto del programa de la Organización Mundial de la Salud “Ciudades amigables para las personas mayores”, en el que España está representado con 70 municipios participantes.

Un enfoque holístico que contempla los espacios al aire libre y los edificios, el transporte, la vivienda, la participación social, el respeto y la inclusión social, la participación cívica y el empleo, la comunicación y la información y los servicios de apoyo comunitario y de salud.

Evaluando, por ejemplo en el caso de los espacios al aire libre, la necesidad de un entorno agradable y limpio, de espacios verdes, lugares de descanso, cruces peatonales adecuados, accesibilidad generalizada, un entorno seguro, senderos peatonales, edificios amigables, baños públicos y servicios especiales para mayores.

Quizá para concluir que un planeamiento para las personas mayores no se diferencia mucho de una buena planificación sin adjetivos si es menos discriminatoria, más inclusiva, sostenible, confortable y ecológica para todos.

Imagen del anuncio de la actividad en el Colegio de Arquitectos de Madrid.

 

Para rematar la semana temática, la Fundación Arquitectura y Sociedad convoca en el Colegio de Arquitectos de Madrid unas mesas redondas en torno a la “tercera edad: los retos de la arquitectura”, con la participación de Equipo Bloque, los arquitectos de Trabensol, ese proyecto que tanto me gusta.