Imagen cenital del interior del edificio Murray Grove en proceso de construcción.

 

Da igual que se mida en toneladas de basura de material desperdiciado, en toneladas de CO2 vertidas para producir esos materiales, en su equivalencia contaminante en miles de coches… leyendo sobre lo que gastamos y manchamos las gentes de la edificación hay que admitir que somos un auténtico desastre natural.

Menos mal que hay un producto que según dicen algunos puede ser la próxima revolución en el mundo de la construcción: la madera.

Increíble ¿no?

El tablero de madera contralaminada, de origen austriaco allá por los noventa, es un material suficientemente rígido y resistente como para sustituir a los tradicionalmente utilizados en los edificios altos; con un comportamiento frente al fuego más controlable que el del acero y que además respira y autorregula su humedad.

Vídeo del proceso de construcción del Helix Pavilion en Falkirk, Escocia, llevado a cabo por Egoin, empresa vasca especializada en construcción con madera.

 

El Graphite Apartments de Londres fue el proyecto pionero, ése valiente y necesario que superó el miedo al fuego y el mito de la resistencia inigualable del acero y el hormigón; un edificio de viviendas de 9 plantas diseñado por la oficina de arquitectura Waugh Thistleton y culminado en 2009.

Vista del edificio Graphite Apartments en el barrio londinense de Hackney.

En España, con el panorama sombrío del sector, no estamos para muchos inventos pero aun así contamos con una primera muestra en un edificio de 6 alturas en Lleida; diseñado por Ramón Llobera Serentill y construido por la empresa alterMATERIA.

Pero realmente parece que esto no ha hecho más que empezar y los anglosajones, previendo que el producto tiene futuro en las alturas y que ha llegado para quedarse, ya le han puesto nombre al rascacielos de madera, pasando de “Skyscraper” a “Plyscraper”.

En Canadá, el arquitecto Michael Green, que desarrolla una auténtica labor de apostolado en la materia, tiene una propuesta para un edificio de 30 plantas y sueña con una ciudad de madera, lo que ha suscitado el análisis y los comentarios del periódico The Guardian, que se pregunta si el futuro no será de los “Plyscrapers”.

Hasta firmas como SOM y Arup están desarrollando proyectos y herramientas para este producto y tienen el ojo puesto en China; ingredientes suficientes como para montar un buen lío.

Detalle de paneles de madera contralaminada, Cross-laminated timber en inglés.

Pero dejando a un lado esta competición por ver quién lo tiene más alto o consigue el encargo más millonario, ¿no sería hermoso que en el futuro, en lugar de seguir horadando y contaminando el planeta, nos viéramos obligados a plantar hectáreas y hectáreas de árboles para poder satisfacer nuestras necesidades de vivienda?

Imagino que alguien ya estará pensando cómo incluir la materia en el plan de estudios; mientras tanto, para quien tenga un encargo de rascacielos y esté pensando en construirlo de madera, aquí está el manual de Michael Green.

Imagen de un bosque de pino en British Columbia, provincia de Canadá, infectado por un hongo que le transmite una abeja del pino originaria de los Estados Unidos.  Esta provincia ha creado una ley para incentivar el uso de esta madera en la construcción, priorizándolo en los nuevos edificios públicos.