Imagen de la casa prefabricada de la marca danesa Vipp.

 

Pasó el tiempo en que la palabra prefabricación evocaba imágenes de barracón, cabaña nórdica o un gris soviético; ahora vive un renacer y al igual que la marca Muji en Japón, otras empresas lanzan sus productos prefabricados, impregnados de minimalismo y glamour.

La compañía danesa Vipp comenzó su andadura fabricando cubos de pedal para las peluquerías y ahora cuenta con una línea de menaje, otra de mobiliario de cocina y una casa prefabricada; poco pero de calidad, chic y muy caro.

La casa es de metal en casi todas sus partes, como corresponde a la tradición de la empresa; ofrece minimalismo y austeridad por todo lo alto, escalera de mano para llegar a la cama y una estética de marca que no defraudará a sus seguidores.

Mide 55 m² y cuesta medio millón de euros, pero teniendo en cuenta que su cesta de la ropa sucia cuesta 460 parece hasta razonable; además viene con chimenea, mobiliario, platos, vasos y toallas.

Imágenes del proceso de fabricación e instalación de la casa de la marca Vipp.

 

Philippe Starck se ha asociado con Riko, uno de los mayores fabricantes de casas prefabricadas de Europa, para crear una vivienda que él considera de diseño “neutral”; o sea, a diferencia de Vipp, ellos no ponen nada dentro y pretenden que cada propietario la haga suya y la personalice.

Ofrecen 34 modelos combinando las distintas opciones, empezando con 40 m² hasta llegar a los 350 m², todos ellos con una clara vocación ecológica: aislamiento de última generación, triple acristalamiento en todo su cerramiento, recogida de agua de lluvia y generadores de energía fotovoltaica y eólica, que pueden llegar a producir más de lo que la casa consume.

El modelo básico cuesta 2.500 euros el m² y el que trae todos los extras se va a los 4.500; sin ser vivienda social, hay que concederle a Philippe que están buscando un público más amplio.

Imágenes de la casa prefabricada de Philippe Starck.

 

En el pasado era costumbre que los arquitectos incursionaran en el diseño industrial, sobre todo el mobiliario, ahora parece que son los diseñadores quienes tienen interés en el proyecto de viviendas.
Después de todo, si lo mejor que podemos ofrecer a la sociedad, aquello por lo que nos convierte en estrellas, son las cositas de Zaha Hadid o Frank Gehry, esos objetos tan de diseño, a lo mejor va siendo hora de dar paso a los profesionales.