Exposición de los 3.300 componentes que formaban una casa Lustron en 1949.

 

Tras la segunda guerra mundial Estados Unidos se encontró con el serio problema de proveer vivienda a buena parte de los 12 millones de veteranos que regresaban de Europa.

El presidente Truman aprovechó la ocasión para presionar a la industria del sector e incluso eminencias como Buckminster Fuller y Frank Lloyd Wright probaron a diseñar viviendas de bajo coste con el sistema que en aquel momento se consideró la única vía posible de éxito: la industrialización.

De aquellos experimentos solo uno tuvo un resultado comercial y fue la serie de casas prefabricadas Lustron, creación del pionero de origen sueco Carl Strandlund, quien montó en el año 1948 una factoría a semejanza de las cadenas de producción de las fábricas de automóviles.

La casa estaba compuesta de unos 3.300 componentes que se montaban en un tiempo de 2 semanas; el esqueleto estaba formado de marcos de acero y los muros y techo de paneles de acero esmaltados de porcelana (como las antiguas bañeras), que se fijaban los unos a los otros mediante juntas plásticas que sellaban el conjunto frente al viento o la lluvia.

Camión transportando los componentes de una casa Lustron.

 

El proyecto no pudo caminar más de 2 años, encontrando la bancarrota al no ajustarse la demanda real con el tamaño de la inversión realizada y suponiendo, por tanto, un estigma para el futuro de la arquitectura industrializada.

Imágenes del interior de la casa Lustron expuesta en la Sociedad Histórica de Ohio.

 

Hoy sabemos sin embargo, tras el hallazgo de unos papeles en la Sociedad Histórica de Ohio, que probablemente las dificultades insalvables que encontró la que en 1950 se conoció como la General Motors de las casas tuvieron más que ver con el juego sucio de la competencia y la corrupción en la Casa Blanca, que con una errónea interpretación del momento.

Una historia que es inevitable relacionar con la que cuenta Francis Ford Coppola en su película Tucker, un hombre y su sueño, acerca de un proyecto similar y contemporáneo pero con un coche de protagonista, el Tucker 48, que tampoco fue capaz de superar las conspiraciones del llamado libre mercado.

A día de hoy, la baja industrialización de la vivienda sigue siendo un misterio.

Visita al interior de la casa Lustron expuesta en la Sociedad Histórica de Ohio.