Imagen de la época del interior de una casa autoconstruida en la barriada Walters Way, London

 

 

Walter Segal nació de padre pintor expresionista en el Berlín de 1907, para en 1914, al comienzo de la Primera Guerra Mundial, mudarse al cantón suizo de Ticino.

Allí se crió compartiendo juegos con los niños de la recién instalada colonia de Monte Veritá, una comunidad de origen anarquista, que atrajo a pensadores y artistas de la época como Hermann Hesse, Carl Jung, Erich Maria Remarque, Paul Klee, Otto Gross… y muchos otros.

Un lugar donde se rechazaban las convenciones respecto a la propiedad privada, el matrimonio, el vestido, los partidos políticos y los dogmas, así como se practicaba el vegetarianismo y el nudismo.

Estudió arquitectura entre los pioneros del movimiento moderno en Delft y Berlín y se mudó a Londres en 1936, escribiendo mucho pero sin conseguir encargos ni durante la guerra ni la posguerra.

Fue el éxito de la pequeña casa provisional que construyó en el jardín para alojar a la familia de seis hijos, mientras se remodelaba la principal, lo que le trajo, como un golpe de suerte, la posibilidad de dedicarse desde entonces a replicar el modelo.

El sistema, basado en la construcción tradicional con madera, evitaba los oficios de albañilería, y con la ayuda de un carpintero, que le acompañó de proyecto en proyecto, fue permitiendo cada vez un mayor grado de autoconstrucción.

Finalmente, a finales de los años setenta, consiguió que el Municipio de Lewisham, al sur de Londres, dedicara unos terrenos, inhábiles para el desarrollo comercial, a la construcción de una pequeña barriada que fue levantada por sus propios moradores.

Imagen del proceso de autoconstrucción de una de las viviendas en la barriada Walters Way, South London

 

El legado de Walter Segal está siendo revisado, en un contexto en el que la ciudadanía reclama más participación en todo lo que le concierne; siendo la vivienda, la principal adquisición que se realiza en la vida, un territorio vedado.

A la especulación del suelo, la rigidez de las normativas y las tremendas dificultades para conseguir préstamos hipotecarios fuera de lo ordinario, se suma el prejuicio de autoridades reguladoras e instituciones financieras, que consideran la vivienda un producto terminado, en lugar de una estructura que va creciendo según las necesidades y el dinero van llegando.

En este sentido, Walter Segal siempre consideró su trabajo como un método, un proceso, y no algo que debiera ser registrado o patentado; las casas que diseñó para la barriada que lleva su nombre, Walter’s Way, todavía siguen creciendo con las manos de sus propietarios.

Una familia aparentemente feliz viviendo en una casa, con alguna remodelación reciente, de la barriada Walters Way, South London

 

A partir del 16 de este mes de enero se podrá visitar una exposición conmemorativa del trabajo de Walter Segal con los autoconstructores de Lewisham en la Architectural Association School of Architecture, institución en la que ejerció la docencia tras su llegada a Londres.

Una oportunidad para conocer la interpretación que el joven colectivo Assemble, recientemente galardonados con el premio británico Turner, hacen de su trabajo.