Imagen del apartamento del estudio LAAB en Hong Kong.

 

 

Tenía que ser en Hong Kong otra vez; uno de los lugares más caros del mundo, con un precio medio de 20.000 euros por metro cuadrado construido, es a la fuerza un laboratorio para el minimalismo y la multifuncionalidad.

Una joven pareja convencida de que el centro de la ciudad era el sitio donde vivir, aceptó el reto apostando por comprar pequeño y pensar a lo grande; renunciaron a unos pocos metros más de superficie y reservaron algo de dinero para la gran transformación.

Para ello seleccionaron al estudio de arquitectura que respondió satisfactoriamente a sus demandas y logró convertir sus 29 m2 en un teatro cambiante según las horas del día.

Apartamento en Hong Kong diseñado por el estudio LAAB.

 

Un proceso que los diseñadores han resumido en la receta “la forma sigue al tiempo”, jugando con el famoso “la forma sigue a la función”, que acuñó el arquitecto Louis Sullivan a finales del siglo XIX y sirvió de eslogan a buena parte de la arquitectura moderna de principios del siglo XX.

El programa de uso incluye una cocina completa, una solución a modo de cuarto de invitados, mucho espacio para almacenamiento, una bañera… y todo un sistema de elementos y recorridos diseñado para la calidad de vida de 3 gatos.

Una estrategia de elementos rodantes y escamoteables que les permite invitar a sus amigos a comidas o sesiones de cine, en mejores condiciones de lo habitual.