Imagen de la comuna de artistas Drop City, en Trinidad, Colorado, 1965.

 

 

En los años 60 Estados Unidos disfrutó del mismo ambiente creativo y revolucionario que caracterizó a la década en todo Occidente; mientras Europa se desmelenaba con el Mayo del 68 francés, allí se inauguraba con la Ley de Derechos Civiles una nueva era llena de novedades, que Bob Dylan supo interpretar en su “The Times They Are A-Changin’”, casi un himno del momento.

Por aquel entonces nadie había aplicado plenamente los principios de Buckminister Fuller, el arquitecto que llevaba años vendiendo la idea de que sus estructuras geodésicas eran mucho más prácticas y resistentes que las habituales casas de formas cuadradas y techos inclinados.

En 1964 un estudiante de bellas artes, que acababa de asistir a varias de las conferencias de Fuller en la Universidad de Colorado, convenció a sus colegas para recolectar basura, materiales reciclados y techos de coche para construir 11 de aquellos domos en un terreno en Trinidad, al sur del estado, en el mero centro de los Estados Unidos.

Imágenes de la comuna Drop City en 1965.

 

Había nacido Drop City, nombre inspirado en los happenings del Drop Art, eventos en los que se pintaban piedras y se tiraban desde la azotea para observar la reacción de los viandantes.

Combinando las ideas del profesor con técnicas vernáculas, el lugar devino, además de un experimento contracultural, un laboratorio de experimentación para la autoconstrucción; lo que entusiasmó a Buckminster Fuller, quien reconoció a la comunidad en 1966 con el primer premio Dymaxion de la historia.

Reportaje sobre Drop City para la televisión de la época.

 

La publicidad que este galardón le proporcionó condujo a la comuna en dirección opuesta a la invisibilidad y el aislamiento que pretendía, atrayendo gran cantidad de turistas y jóvenes con ganas de experimentar las excitantes experiencias de la época.

Para 1969 ya no quedaba ninguno de los miembros fundadores y la comuna se había convertido en la caricatura que sus críticos habían contado desde el principio, rebosante de sexo, drogas y rocanrol.

Aunque Drop City no resultó la semilla de otros muchos proyectos similares, como era su sueño, sí quedó por unos años como un lugar de referencia e investigación, donde por ejemplo Steven Baer construyó su prototipo de Zome, una versión flexible del domo de Fuller, con una primera experiencia del muro de agua para almacenamiento de energía solar que posteriormente convirtió en empresa.

Casa con muro de agua en New Mexico, del diseñador Steven Baer, 1972.

 

50 Años después, aquella iniciativa, conectada de manera tan intensa con su tiempo, representa casi un yacimiento arqueológico, útil para documentar unos tiempos tan revueltos y productivos; lo que se recoge en este documental del año 2012.