Alastair Parvin en su conferencia TED sobre una arquitectura por y para todos.

 

 

Se estima que tan solo el 2% de lo que se construye en el mundo pasa por las manos de los arquitectos, y si miramos con un poco más de detalle vemos que todo ello es un encargo del 1% más rico de nuestro sistema.

Lo que quiere decir que los profesionales de la arquitectura viven exclusivamente de esa pequeña parte de la sociedad que son los individuos con posibles, las compañías o los gobiernos; una parte pequeña pero la única con recursos y dinero para permitirse construir y contratar.

Nuestro trabajo ha estado dirigido desde su origen a satisfacer las necesidades de la cúspide de la pirámide, excepto en los escasos momentos históricos en que ese 1% ha construido para el restante 99%: primero con las colonias utópicas de la Primera Revolución Industrial, luego con la llegada del comunismo y el estado del bienestar y más recientemente con el mercado especulativo de la propiedad.

Esta situación no solo induce al llanto por su carencia democrática sino por lo desastrosa que resulta como negocio; sobre todo ahora que ese 1% anda un poco retraído.

Alastair Parvin es un joven arquitecto inglés que habla muy bien de estas cosas y tiene un plan para producir un cambio histórico en la profesión.

Se trata de incorporarla a lo que el economista Jeremy Rifkin ha llamado “tercera revolución industrial”, a través del código abierto de los diseños y la popularización de la maquinaria que permite convertir cualquier lugar en una fábrica.

Un plan en el que el conocimiento sea gratuito y accesible, y los profesionales cobren por su tiempo de trabajo; un plan en el que en lugar de concentrar todo nuestro talento y dedicación a ese 1%, podamos repartirnos en numerosas aportaciones para el otro 99%.

Con esa intención ha creado el proyecto Wikihouse, con colaboradores en numerosas partes del mundo, que pretenden crear entre todos, mejorando lo genérico y desarrollando las particularidades de cada lugar, los planos de libre disponibilidad de una casa, cuyas piezas puedan ser cortadas por una simple fresadora de control numérico como las que uno puede encontrar en cualquier FabLab.

Todo ello lo cuenta de forma brillante en esta conferencia TED, que ya tiene más de un millón de visitas y se puede seguir con los subtítulos en español.